“Coge el bote de nata y sigue las instrucciones del siguiente post-it. Está en el televisor”.
Tus pasos ansiosos, nervioso, te dirigen hacia el televisor, (¿que dirá?), piensas.
Por fin llegas hasta el televisor, (¿que dirá?).
“Sigue hasta el final del pasillo”.
(Que cabrona), piensas, (Me estoy poniendo cachondo solo de pensar que pasara ahora).
La nota del final del pasillo dice:
“Coge el juguete de la niña y tráeselo a la cama", con una flecha indica una caja no muy grande que hay en ese rincón.
Dentro de la caja, un consolador negro y un nuevo post-it.
“Dirígete a la habitación de matrimonio”.
Cada vez mas nervioso, cada vez más impaciente. Te diriges con paso firme y te encuentras la puerta cerrada, y otro post-it.
"Desnúdate y entra".
(Que habrá detrás de la puerta), piensas, mientras te apresuras a quitarte los zapatos y el uniforme.
Entras.
Te encuentras una habitación casi a oscuras, tenuemente iluminada con unas velas, y allí estoy, de rodillas sobre la cama. Vestida con una minifalda a cuadros de colegiala, una camisa blanca que había en tu armario, semi-abierta, anudada, insinuando la redondez de mis pechos y mostrando la oscuridad y la marca de mis pezones, el pelo recogido en dos coletas, unas calcetas blancas hasta las rodillas.
Te miro mientras chupo una piruleta con cara de zorrita:
- “Dame mi chupa-chups.....”, te susurro.
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